DEJANDO HUELLA
Hemos recorrido media Península, desde el Este hasta el Norte, desde el Mediterráneo hasta el Cantábrico. Ida y vuelta por diferentes caminos, pero por similares paisajes. Asimilando imágenes, tomando el pulso a la salud de los ecosistemas, convertidos ya en inmensos polígonos agrícolas de monocultivos o en pequeñas reservas turísticas de “biodiversidad protegida”
Inmensas llanuras de cereal alternando, ¿en rotación? con girasol muy probablemente subvencionado. El más absoluto de los secanos y el regadío forzado con inmensos aspersores. Y los regueros, los arroyos, los ríos, los embalses y los pantanos secos. Secos como la tierra baldía que rotura el tractor entre nubes de polvo, secos como los pastos donde antes había ganado, secos o afectados como muchos de los pinos replantados en décadas de reforestación mal entendida.
Y siempre subidos en la máquina de destrucción masiva, alimentada con los escasos restos que quedan de nuestros antepasados no humanos, y desde la frialdad de esa infinita alfombra gris que lo recorre todo o casi todo , que te transporta en el espacio pero también en el tiempo El tiempo que se estancó en los masos, las masías, los caseríos y aldeas ya abandonados. El tiempo que corre en contra del turismo rural mercantil y monotemático que convierte en “igual”, en “lo mismo” todo lo que toca.
Y salimos buscando reductos donde poder significar lo pequeños que éramos (y todavía somos), donde conectar con nuestra ancestral naturaleza ahora arrinconada por los falsos satisfactores de la inmediatez, la misma que te permite recorrer grandes distancias en muy poco tiempo. Y salimos por un breve tiempo, recorriendo un largo espacio, para después volver a formar parte de ese rodillo que a gran velocidad lo aplasta todo
Ni mi propia “economía verde” me permite recompensar la huella de los 2000km recorridos. No lo conseguiré ni, aunque siga utilizando la bicicleta, ni aunque siga sembrando, ni aunque reduzca mi consumo a niveles “sostenibles” Para mí los grandes viajes han terminado. Ya lo sabía cuando comencé por eso elegí Los Picos. Necesitaba refrescar mi memoria Todas estas sensaciones que afloran desde la tristeza solo se pueden ver compensadas asi, No es drástico no volver a recorrer largas distancias, drástico es no saber a donde te llevan tus propios pasos.
Inmensas llanuras de cereal alternando, ¿en rotación? con girasol muy probablemente subvencionado. El más absoluto de los secanos y el regadío forzado con inmensos aspersores. Y los regueros, los arroyos, los ríos, los embalses y los pantanos secos. Secos como la tierra baldía que rotura el tractor entre nubes de polvo, secos como los pastos donde antes había ganado, secos o afectados como muchos de los pinos replantados en décadas de reforestación mal entendida.
Y siempre subidos en la máquina de destrucción masiva, alimentada con los escasos restos que quedan de nuestros antepasados no humanos, y desde la frialdad de esa infinita alfombra gris que lo recorre todo o casi todo , que te transporta en el espacio pero también en el tiempo El tiempo que se estancó en los masos, las masías, los caseríos y aldeas ya abandonados. El tiempo que corre en contra del turismo rural mercantil y monotemático que convierte en “igual”, en “lo mismo” todo lo que toca.
Y salimos buscando reductos donde poder significar lo pequeños que éramos (y todavía somos), donde conectar con nuestra ancestral naturaleza ahora arrinconada por los falsos satisfactores de la inmediatez, la misma que te permite recorrer grandes distancias en muy poco tiempo. Y salimos por un breve tiempo, recorriendo un largo espacio, para después volver a formar parte de ese rodillo que a gran velocidad lo aplasta todo
Ni mi propia “economía verde” me permite recompensar la huella de los 2000km recorridos. No lo conseguiré ni, aunque siga utilizando la bicicleta, ni aunque siga sembrando, ni aunque reduzca mi consumo a niveles “sostenibles” Para mí los grandes viajes han terminado. Ya lo sabía cuando comencé por eso elegí Los Picos. Necesitaba refrescar mi memoria Todas estas sensaciones que afloran desde la tristeza solo se pueden ver compensadas asi, No es drástico no volver a recorrer largas distancias, drástico es no saber a donde te llevan tus propios pasos.
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